Manera Correcta de Confeccionar y Conservar las Probetas Cilíndricas de Hormigón
La resistencia del hormigón puede ser garantizada si las probetas para el ensayo por compresión son confeccionadas, protegidas y curadas siguiendo métodos normalizados. De este modo los ensayos de rotura por compresión sobre probetas normalizadas, sirven para determinar la calidad del hormigón. Si, en cambio, se permite que varíen las condiciones de muestreo, métodos de llenado, compactación, terminación y curado de las probetas, los resultados de resistencia que se obtengan en el ensayo respectivo, carecerá de valor, ya que no podrá determinarse si eventuales resistencias bajas son debidas a la mala calidad del hormigón o a las fallas cometidas durante las operaciones de preparación de las probetas, previas al ensayo.
Para obtener resultados dignos de confianza deberán seguirse las siguientes técnicas:
1.- Usar solamente moldes indeformables, no absorbentes, estancos y de materiales que no reaccionen con el cemento Portland. Las medidas para las obras corrientes son de 15 cm. de diámetro por 30 cm. de altura, con las tolerancias que fija la Norma. El tamaño máximo del agregado grueso no podrá superar 1/3 del diámetro del molde. Si parte del agregado grueso supera el valor del punto anterior, se podrá preparar la probeta con el hormigón que pase a través de un tamiz IRAM 37,5 mm.
Antes de llenar los moldes, deberán ser colocados sobre una superficie horizontal, rígida y lisa. Deben hacerse por lo menos dos probetas por cada pastón que se quiera controlar por cada edad, generalmente 7 y 28 días.
2.- Toma de muestras: se operará de acuerdo a las especificaciones de Norma IRAM 1541 Hormigón Fresco - Muestreo e IRAM 1666 Hormigón Elaborado. Cada muestra se tomará directamente de la canaleta de descarga de la motohormigonera, después de haberse descargado los primeros 250 litros (1/4 m³) de la carga y antes de descargar los últimos 250 litros de la misma.
La muestra se tomará en un recipiente limpio, no absorbente y estanco, y deberá ser totalmente remezclado en el mismo, antes del llenado de las probetas.
3.- Compactación con varilla: la finalidad de compactar el hormigón en los moldes es la de eliminar los huecos que pueden quedar dentro de la masa por la diferente forma y tamaño de los componentes que, al disminuir la sección de la probeta, le hacen perder resistencia. Hay muchas personas que utilizan para compactar el hormigón de la probeta, el primer trozo de barra de hierro que encuentran en la obra; otros se limitan a golpear el molde lateralmente y otros llenan el molde como si el hormigón fuera un líquido autonivelante. Todos estos procedimiento son errados y llevan a resultados bajos de resistencias, totalmente alejados de la resistencia real del hormigón elaborado. En cambio, la Norma establece el uso de una varilla normalizada con punta semiesférica para compactar el hormigón, ya que trabaja mejor por dos razones:
a) Se desliza entre los agregados, en vez de empujarlos como lo hace una varilla de corte recto en la punta, con la cual quedan espacios huecos al ser retirada.
b) Al retirar la barra, permite que el hormigón vaya cerrándose tras ella, lo que es facilitado por la punta redondeada.
4.- Llenado de las probetas y compactación del hormigón: se procede al llenado de las probetas, colocando el hormigón en tres capas de aproximadamente 1/3 de la altura del molde, cada una. Una vez colocada cada capa se la compacta con 25 golpes de la varilla, uniformemente distribuidos sobre su superficie. En la primera capa, los 25 golpes deben atravesarla íntegramente pero sin golpear el fondo del molde. La compactación de la segunda y la tercera capas se hace atravesando totalmente cada una de ellas y penetrando aproximadamente 2 cm en la capa siguiente. El llenado de la última capa se hace con un exceso de hormigón.
Terminada la compactación de la capa superior, se golpean los costados del molde suavemente con una maza de madera o similar, a fin de eliminar macroburbujas de aire que puedan formar agujeros en la capa superior. Finalmente, se enrasa la probeta al nivel del borde superior del molde, mediante una cuchara de albañil, retirando el hormigón sobrante y trabajando la superficie hasta conseguir una cara perfectamente plana y lisa.
5.- Como se deben tratar las probetas terminadas: mientras quedan en obra las probetas deben dejarse almacenadas, sin desmoldar durante 24 horas, en condiciones de temperatura ambiente de 21º C +/- 6º C, evitando movimientos, golpes, vibraciones y pérdida de humedad.
Probetas que quedan en el lugar de trabajo varios días, a temperaturas variables, expuestas a pérdida de humedad, etc., darán resultados erróneos de resistencia, siempre más baja y de mayor variabilidad que aquéllas que han sido tratadas correctamente.
6.- Manejo y curado de las probetas una vez fraguado el hormigón: después de 24 horas de confeccionadas, las probetas se desmoldan y transportan al laboratorio para su curado. Durante el transporte y manipuleo, las probetas deben ir acondicionadas para evitarles golpes y pérdida de humedad, así como variaciones grandes de temperatura.
Llegadas al laboratorio, las probetas se almacenan a temperaturas de 23º C +/- 2º C en una pileta con agua saturada con cal que las cubra totalmente, o en una cámara húmeda con humedad relativa ambiente superior al 95%, donde quedan hasta el momento del ensayo.
Una probeta de hormigón puede parecer sin importancia cuando está confeccionándose, pero si más tarde aparecen dificultades con la resistencia o problemas en la obra, llega a ser un factor crítico tanto para una obra pequeña como para aquellas de elevadísimo costo.
Existen estudios realizados donde se ha demostrado que por falta de una buena compactación, los hormigones pierden entre un 8 a un 30% de su resistencia. Llegando hasta un 60% en los casos de ser muy secos (como en elementos premoldeados).
En deficiencias de protección y curado, las pérdidas llegan a ser del 50% en hormigonados en tiempo frío, 14% en tiempo caluroso y del 40% si la humedad relativa ambiente es menor del 45%.
Como Reconocer una Mala Fabricación De Probetas Cilíndricas de Hormigón
Las probetas cilíndricas de 15x30 cm. son las que se utilizan para determinar la resistencia a compresión del hormigón. Para que ellas puedan garantizar su resistencia, deben ser confeccionadas, curadas y ensayadas siguiendo estrictamente lo determinado en las Normas.
Los valores de resistencia resultantes de los ensayos, no tienen mucho significado si la toma de muestras, confección de las probetas, protección, curado, preparación de las bases y el ensayo a compresión, se hacen apartándose de lo especificado en las Normas IRAM respectivas.
Es difícil probar cuándo se han producido deficiencias en la preparación de las probetas cilíndricas. Sin embargo, hay unos pocos detalles que pueden ayudar al operador que ha fabricado a conciencia un hormigón de buena calidad, a reivindicar la misma. Estos detalles son:
Muestreo deficiente
Si una probeta cilíndrica da un bajo resultado de resistencia a rotura, y muestra una distribución irregular de agregados desde la parte superior a la inferior, o exceso de finos o de agregado grueso, puede ser ello indicativo que ha habido un muestreo deficiente. Un ensayo de resistencia debe ser representativo de la masa entera de hormigón. Por ello, antes de moldear las probetas, la muestra de hormigón deber ser totalmente remezclada a mano, en un recipiente de paredes no absorbentes.
Llenado de las probetas
La aparición de un exceso de agregado grueso en el fondo de la probeta, puede indicar también que se usó para la compactación una barra con extremo plano en lugar de redondeado; también ese fenómeno aparece cuando se ha producido un exceso en la compactación, en cuyo caso se observa que se ha acumulado una considerable cantidad de finos en la parte superior de la probeta. Lo mismo sucede en el caso de probetas compactadas por vibración, cuando se excede el tiempo de la misma.
Desperfectos en las superficies de las probetas
Huecos sobre la superficie de las probetas cilíndricas, indican corrientemente que las mismas no fueron llenadas en tres capas de un tercio de la altura de la probeta, ni compactados con 25 golpes por capa. Los huecos, al reducir la sección transversal de la probeta, producen pérdidas importantes de resistencia.
Huecos internos
Si después de la rotura de las probetas se observa un cierto número de huecos internos, ello puede indicar una inapropiada o insuficiente compactación. Si se compacta con varilla debe utilizarse una barra de acero lisa de 1,6 cm. de diámetro por 60 cm. de largo, con el extremo que entrará en contacto con el hormigón, redondeado.
Las probetas nunca deben compactarse con métodos inadecuados para la consistencia del hormigón que está utilizándose. Así se tendrá en cuenta que para asentamientos en el Cono de Abrams de 5cm. o mayores, la compactación de las probetas se ejecutará con varilla. Para asentamientos menores que 5cm. la compactación se hará por vibración.
Evaporación demasiado rápida del agua de la probeta
El curado es una de las etapas más importantes en la buena ejecución del hormigonado. Cuando una probeta tiene baja resistencia por una evaporación muy rápida del agua, se observa en el interior de la superficie de rotura variaciones extremas de color. Aunque éste no sea siempre el caso, si aparecen estas condiciones pueden correlacionarse con las condiciones atmosféricas existentes al momento en que las probetas fueron confeccionadas; pueden ser indicativas de un curado inadecuado.
Manejo poco cuidadoso
Aunque un manejo poco cuidadoso es difícil de señalar, es fácil de advertir cuando las probetas muestran líneas de rotura anormales y grandes variaciones en los resultados, en particular sobre probetas gemelas. Las probetas cilíndricas deberán ser llevadas siempre al laboratorio tan pronto como sea posible, después de las 24 hs. de su fabricación. Para su transporte, debe protegérselas con aserrín, arena fina u otros materiales que absorben los golpes, evitándoles daños.
Preparación deficiente de las bases
- El paralelismo de las caras de las probetas cilíndricas es fundamental para obtener un resultado representativo.
- Concavidades en las caras pueden producir un descenso de hasta un 30% en la resistencia de la probeta
- Debe emplearse, para la preparación de las bases, un material que sea más resistente que el hormigón que está ensayándose.
- Líneas de rotura anormales, indican la posibilidad de que no haya habido paralelismo entre las caras de la probeta.
- Debe prestarse especial atención a la planicidad de las caras de las prensas de ensayo.
Resumen
Es conveniente recordar siempre que, aun cuando se hayan usado todos los equipos especificados y se hayan seguido los métodos aconsejados, todavía pueden ocurrir cosas a las probetas cilíndricas de hormigón que dejen asombrados a los expertos. Esto es probable con la mayoría de los ensayos y distintos materiales: ello es una razón más para seguir todas las etapas aprobadas, no sólo para evitar algunas de las complicaciones aquí descriptas, sino fundamentalmente, para poder comparar resultados que, de otra manera, serían incompatibles.
Las demandas de los nuevos proyectos y técnicas incrementan la necesidad de una calidad uniforme del hormigón. Esto hace a la humilde probeta cilíndrica más importante que lo que se la ha considerado hasta el presente, ya que en la actualidad no existe otro ensayo que reemplace al de rotura por compresión.
Por último, recordar que será lamentable dudar de la calidad de un buen hormigón por los pobres resultados obtenidos en ensayos mal ejecutados.
Es importante tener en cuenta que la Industria del Hormigón Elaborado realiza un seguimiento riguroso en el control de calidad de los diferentes tipos de hormigón que provee a sus clientes, permitiendo el acceso a los resultados de los ensayos que se realizan en forma periódica en sus laboratorios. Pero es muy importante también, que el Director de Obra realice su propio control, lo cual le permitirá tener un mejor control de la calidad de su obra.
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